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Son 22 años desfilando en la Comparsa Pakkos del Guardal.

Las fiestas de Moros y Cristianos en Honor a la Virgen de la Cabeza, son para mí, el sentimiento de unión, de confraternización, de reencuentros, de risas, de emociones, de ruido, de música, de pelos de punta al escuchar cómo suena el paso de Cristianos, Moros y Pakkos, cada cual diferente. Para mí, son algo que quiero que llegue, pero que no pase, pues son días muy especiales, donde todos somos uno. Son las fiestas de un pueblo pequeño, que en esos días se vuelve grande, son los sentimientos de cada una de personas que viven en él, y las que no, pero que se sienten benamaurelenses.

Son más de 30 años los que he desfilado en la Comparsa Cristiana.

Siempre he dado al mes de abril un valor especial, pues ha simbolizado un punto de inflexión en el calendario. Es inmediato relacionar nuestras fiestas de Moros y Cristianos con FELICIDAD. Desde que puedo recordar, he sentido un gran orgullo al pensar que las nuestras, eran las mejores fiestas del mundo.

El comienzo de la novena a la Virgen de la Cabeza, las luces, cuando venían los camiones de las atracciones, la carpa, el programa de fiestas, los trajes… cada cosa era y sigue siendo un gran acontecimiento y la espera, insoportable.

El primer sonido de la música para desfilar, ramos de flores y coronación el sábado, la ermita el domingo, las peleas, el olor a pólvora, el desfile tan especial del lunes.. y tristeza insoportable al llegar a la plaza el martes, sabiendo que ni el cansancio puede con el sentimiento de no querer que se acaben. Son cuatro días, en los que la Emoción, las Ganas, el Amor, la Devoción, el Cansancio y la Diversión, son los protagonistas y culpables de tanta FELICIDAD.